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miércoles, 27 de julio de 2011

Eso

El silencio inunda el pasillo. El pequeño suspira aliviado, sólo ha debido de ser una pesadilla. Continúa andando por el largo corredor que lleva hasta el baño. De pronto se para. Le ha parecido volver a escuchar la música. Aún es tenue pero el sonido es claro. Tiembla. Ya tiene casi 10 años, no tiene que tener miedo. Se tapa los oídos y sigue andando. El camino se hace más y más largo. La música comienza a sonar tan alto que es imposible ignorarla. Sabe de qué se trata. El pavor paraliza sus músculos. No puede ser otra cosa más que lo que imagina. Eso. Siente cómo el terror se apodera completamente de él. Trata de chillar pero su garganta emite un sonido seco. Le parece escuchar algo, un sonido familiar. Son los pasos de su hermano mayor. Le mira sorprendido. Le coge y le zarandea pero el pequeño tiembla y tirita descontroladamente. Sabe que Eso viene a por él y que ningún adulto puede ayudarle. Ni siquiera escucharán la música. Trata de correr pero una fuerza enorme se lo impide. Su hermano lo mira a escasos dos metros. Sin embargo parece separarles una distancia infinita. De pronto lo ve. Más bien lo siente. Y sabe que todo está perdido. No hay nada que pueda hacer. Y sin remedio acaba por rendirse y todo se vuelve negro.

1 comentario:

  1. La intriga como comentábamos refleja nuestros peores miedos, suerte con la interpretación a cada lector.

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